top of page

INPE : Instituto Nacional de Protección a la Extorsión

  • Ysmael Tasayco
  • 22 mar
  • 2 Min. de lectura

En tiempos en que todos nos desgañitamos reclamando seguridad, mi amigo H me llama para decirme que los periodistas somos unos cojudos. Vía whatsapp, continúa diciendo que todos los comunicadores informamos, nos indignamos y hasta apoyamos campañas sin resultados a la vista.  

 

“Ninguno voltea a mirar donde está la estirpe de la criminalidad, la escuela de la delincuencia, todo el linaje del hampa” continúa recriminándome. Recuerdo que ya hemos piteado – y con toda razón – por la ineficiencia del Ministerio del Interior y la Fiscalía ¿Qué entidad nos falta?


Mi amigo H se refiere al Instituto Nacional Penitenciario (INPE), un ente dependiente del Ministerio de Justicia. Hasta hoy, Eduardo Melchor Arana ha pasado piola. Uno de los ministros engreídos de Dina Boluarte, no ha dicho: esta boca es mía cuando el país entero sabe que la extorsión y el sicariato está monitoreado desde las cárceles que el INPE maneja.

 

A inicios de diciembre del año pasado, Arana fue interpelado en el Congreso de la República. Durante casi una hora respondió por el pésimo estado de las cárceles y listo. El parlamento se dejó florear sobre el hacinamiento, la inadecuada infraestructura y la terrible vulnerabilidad de los penales. Arana se fue relajado, mientras el número de extorsiones y muertes siguieron creciendo.

 

La realidad nos explota enfrente. Hace unas horas, Luis Herrera exjefe de asesores del MININTER nos decía que tenemos una negligente política penitenciaria. Explicaba que existe infraestructura para 45 mil internos, y ya tenemos 100 mil. Recuerdo entonces que el primer día de octubre del año pasado, el ministro Arana anunció que recibiría 3 mil millones de soles para la construcción de nuevos penales. Cinco meses después, no hay ni expediente técnico.


Mi amigo H tenía, razón. Marcos Galván, destacado abogado comentaba en “Enfoque de los sábados” de RPP que la posibilidad de vigilar, ejercer prácticas de inteligencia e identificar irregularidades dentro de los penales, es nula debido al hacinamiento. Pero existe un detalle más grave. Galván asegura que los bloqueadores de celulares no han cumplido su objetivo. Aquel intento, que le cuesta millones a todos los peruanos, ha fracasado.

 

No quiero aburrirlos con cifras. Pero basta con ver reportajes televisivos para demostrar que la mayoría de capos de la extorsión y cabecillas de las mafias que distribuyen sicarios en el país, se encuentran cómodamente instalados en aquellos pabellones donde la corrupción les permite tener celulares, internet, alcohol, drogas y comida a la carta.

 

Los próximos cambios en el Ministerio del Interior deben venir acompañados con la firme reestructuración del Ministerio Público y obviamente con una verdadera reforma en nuestros centros penitenciarios. Hace menos de veinte días han aprobado el plan de reestructuración del INPE, ojalá no sean más millones gastados en vano. Gracias amigo H, era justo y necesario voltear a mirar las cárceles que se han convertido en cuna de la delincuencia nacional.

 

bottom of page